El rol de madre

Hoy me he levantado en modo reflexión y ha dado la casualidad que ha caído en mis manos un vídeo maravilloso relacionado con todo lo que bailaba por mi cabeza. Así que no puedo evitar compartirlo con vosotras.

Siempre me defino como una madre real. Estoy enamorada de mis kids, los quiero hasta el infinito. Pero eso no quita que me enfade, que se agote mi paciencia y que necesite airearme de vez en cuando y recuperar mi espacio vital (aunque casi nunca lo consigo).

Las últimas semanas tengo mucho más trabajo del habitual y ellos están más dispersos que nunca. Ya se sabe: empiezan a subir las temperaturas, la primavera la sangre altera, estamos todos agotados acabando el curso… Todo esto bien mezcladito conlleva a que en casa hay más fricción de lo normal.

A menudo me veo contando hasta 3000 antes de pegar un grito. O encerrándome en el baño para no oírles quejarse o chivarse del otro. Googleo buscando clases de meditación para madres e hijos (por cierto, es un servicio que debería existir en cada barrio)… Vamos, seguro que te suena todo esto.

La otra noche hablaba con mi pareja sobre la percepción que tienen ellos de la infancia. ¿Nos verán como ogros? ¿O se quedan con los momentos de caricias, sonrisas, cosquillas y conversaciones trascendentales?

Y de pronto he visto este vídeo. Está en inglés, pero se entiende fenomenal. Un día normal de una mamá, con todos los llantos, pataletas, batallas y dificultades que se encuentra. Y luego acaba con la niña contando a papá qué han hecho con mamá. Su visión es totalmente distinta y acaba diciendo que ha tenido el mejor día del mundo con mamá.

Me quedo en un punto intermedio. Espero que de mayores no me recuerden como una gritona histérica y, aunque me encantaría que vieran los días como la niña del vídeo, confío en que al menos pongan algo de su visión mágica a la vida.

Y tú, ¿cómo lo vives?