8 productos para bebés que no vas a necesitar

Una vez te enteras de que eres madre, parece que se dispara algo en nuestro cerebro que nos hace comprar todo lo que esté relacionado con los bebés. Yo conozco una mamá que hasta compró un cepillo de dientes para su bebé estando todavía embarazada. Y si ya éramos compradoras compulsivas, el riesgo es mayor.

Yo soy de pocas cosas así que la maternidad me hizo cometer pocos errores. Sin embargo, caí y me compré algunos objetos inútiles para bebés. Otros, ya directamente de entrada, ni los he comprado ni los he necesitado jamás.

Con ello no te digo que no compres ninguno de ellos, cada uno conoce sus necesidades. Pero estos objetos son los que yo, después de tener a 3 hijos, no he usado jamás:

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1. Papelera o contenedor de pañales


Se ha creado una necesidad de tener una papelera de pañales en la habitación del bebé. Para los que aún no han abierto un pañal, eso es Mordor. Es terrible el hedor que desprende el popó de un cuerpo tan pequeño. Ahora imaginaros guardando varios de ellos en una papelera dentro de una habitación pequeña y durmiendo a pocos metros.

Yo tiraba los pañales en la basura de casa, y si olía muy mal (como después de comer pescado), los ponía dentro de una bolsa de plástico cerrada, dentro de la basura. Así te ahorras malos olores en casa. Esa bolsa la cambias todos los días, así que te aseguras de no guardarlos mucho tiempo.

 

2. Sombrilla del carrito


Esta es una de las cosas que te cuelan en las tiendas. Yo no la quise comprar con el carrito porque pensaba que era inútil. Con la llegada del primer verano, viendo que el enano estaba bajo el Sol, me hice con una de segunda mano. La pusé 1h, y la volví a vender. ¿Por qué? Pues porque tú con el carrito te mueves, así como la sombra. Si vas de paseo, te ves moviendo la sombrilla continuamente para que no le de el Sol al enano.

En mi caso, puse la capota del carrito, y si no era suficiente, ponía un pañuelo dejando espacios para que corra el aire. Si cubres el pequeño totalmente, debajo del pañuelo se crea un microclima que asa al bebé.

 

3. Cocinita de purés


Hay muchas marcas que venden máquinas que cocinan las verduras y las trituran. La fase de purés dura pocos meses, si es que llegas a dárselos. Para evitar un cacharro más en casa, lo tienes muy sencillo. Necesitarás una olla y un minipimer. ¿A que ya tienes en casa? ¡Pues ya eres capaz de hacer purés para tu bebé! Las hay que compran los grandes y caros robots de cocina que solo usan para los purés. En mi opinión, es tirar el dinero.

 

4. Termómetro de bañera


Hay pocas cosas más inútiles que eso. Jamás me hice con uno ni lo eché de menos. Te basta con el sentido común y un codo. Prueba a poner el codo dentro del agua antes de meter al bebé. No olvides que muchas duchas llevan termostato, así que te resultará sencillo acertar.

 

5. Calentador de biberones de coche


A no ser que te pases la vida en el coche, son pocas las ocasiones en las que debas dar un biberón dentro del coche a tu bebé. ¿Cómo evitar comprar uno? Yo cogía un termo con agua muy caliente que me duraba todo el día. Cada vez que hacía un nuevo biberón, ponía unos ml de agua muy caliente y el resto de agua del grifo (en Madrid se puede tomar). Con pocas pruebas encuentras la temperatura ideal.

 

6. Talco


Jamás he usado ni comprado talco. Jamás. Es de esas cosas que ves en la películas americanas que relacionas con culitos de bebés pero que luego no llegas a usar.

 

7. Esterilizador y todos sus complementos


Las bacterias están por todas partes, empezando por las manitas del bebé y el pecho de mamá. Es imposible evitar que lleguen bacterias al bebé porque todo se lo ponen en la boquita. Entonces, ¿para qué tanto esterilizar? En cualquier caso, si decides hacerlo, solo necesitas una olla y agua, así que no uses dinero ni espacio en aparatos. Tampoco necesitarás ningún escurridor ni pinzas especiales para coger los biberones esterilizados.

 

8. Cambiador y recipiente para pañales


No hacen falta grandes cambiadores ni recipientes de pañales. Si tienes una cómoda amplia, podrás usarla poniendo un cambiador blando por encima. Podrás usar los cajones para guardar los pañales, toallitas y demás cosas. La cómoda, pasado el primer año, la podrás seguir usando. Un cambiador, no.

 

Y tú, ¿qué compras tontas acabaste haciendo?