Mi bebé empieza la guardería

mi bebé empieza la guardería

En España es frecuente que tengamos que dejar a nuestro hijo bien pequeño en la guardería. Una vez consumida la baja de maternidad (16 semanas) y los días de lactancia, muchas nos vemos obligadas a dejar a nuestros hijos en manos de un centro de educación infantil. No te sientas mal por ello, no eres una mala madre por hacerlo. Es lo que te toca hacer, así que intenta ayudarle en lo posible para que todo sea más fácil.

Lo más seguro es que llegado el momento tu hijo tenga casi 5 meses, quizás más si has podido coger algunos días de vacaciones o excedencia. En cualquier caso, estos consejos van a hacer que tu hijo se adapte mejor a otras manos, por lo que él te lo agradecerá. Y las profesoras tendrán más fácil su integración, ya que mucho trecho lo habrás trabajado antes tú en casa.

Las rutinas y horarios


Pregunta en el colegio qué horarios tienen. A qué hora son las siestas y las comidas. Unas semanas antes, ve acostumbrando a tu hijo a esos horarios. Ojo, no todo de golpe, pero asegúrate de haber conseguido el máximo posible antes de comenzar el cole.

Si va a empezar a las 9h de la mañana, levántalo a las 8h para que tenga tiempo de desayunar en casa, vestirlo y empezar el día. Lo más seguro es que a las 10h tenga una minisiesta de media hora o una hora. Pues anima a tu hijo a dormir. Quizás un paseo le ayude a coger el sueño a esa hora y comenzar la rutina. La comida será a las 12h, pues dale la comida entonces. De 13-15h hay siesta. Pon a tu hijo a dormir, y si se despierta antes, anímale a seguir durmiendo manteniendo la habitación oscura si hace falta los primeros días.

Hábitos


Para darle el bibe o las papillas, utiliza una hamaca. En el colegio no pueden coger a todos los niños en brazos y darles los biberones. Lo hacen sentados en hamacas y dando dos bibes a la vez. Acostumbra a tu hijo a hacerlo, y si tiene edad para sujetar su bibe, que aprenda a hacerlo.

Pregunta en tu colegio si pueden llevar chupete, en algunos no se puede. En ese caso, intenta enseñarle a relajarse sin necesitar el chupete. Eso es más complejo, la verdad…

Tu hijo debe saber que no siempre pueden estar atendiéndole. Ahora tendrá que compartir una profe con otros 7 niños, así que en casa debes enseñarle que debe esperar. Si se queja un poco, no le atiendas al momento (hasta quizás no necesite tu intervención, simplemente hace ruidos de quejarse porque le cuesta hacer algo, pero no necesita que le ayudes). Si llora un poco porque no te ve, no pasa nada. De vez en cuando asómate para que te vea, y sigue haciendo tus cosas. Tiene que aprender que aunque no te vea, puede seguir jugando. No queremos causar ningún trauma, pero es bueno que no sea el centro de atención de la casa, y que al decir «mu» ya estemos todos pendientes de lo que quiere el niño.

Comunicación con el colegio


Habla con la que será su profe y comenta con ella lo que no veas claro o dudes. Es muy normal que estés nerviosa por dejar a tu hijo en otras manos, pero si no confías 100% con la profe y mantienes una buena comunicación jamás lo superarás. Son profesionales, han atendido a muchos niños antes, así que aunque haga las cosas algo diferentes a como las haces tú, verás que todo sale genial.

¿Qué logras con todo esto? Pues que cuando llegue la hora de hacer algo en el colegio, tu hijo ya sepa lo que le espera y lo vea de lo más normal. Cuando toque dormir, tendrá sueño. Cuando toque comer, tendrá hambre y aceptará la comida sin esperar que le cojan en brazos ni le hagan el avión con la cuchara. No va a llorar ni te echará de menos al no verte. Además, la profesora se alegrará de no tener que batallar con tu hijo, créeme. El primer comentario que hacen las profes cuando dejo a mis hijos es «¡qué maravilla!, cuando toca dormir dejas el niño en la cuna y se duerme solo al momento», «cuando toca comer, sujeta el biberón solito así que no tiene que esperar a que llegue yo con el biberón» y así un largo etcétera.

Ánimo, verás que la preparación de tu hijo hará que en casa las cosas vayan mucho mejor. Las rutinas son geniales para los niños, y hacerle más autónomo (lo que se pueda a su edad) le hará estar más seguro de sí mismo.