La alimentación infantil: Del blanco al negro

Según un estudio realizado el año pasado por un grupo de investigadores del Imperal College de Londres en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 25% de la población española es obesa o tiene problemas de sobrepeso. Ello nos lleva a que España sea el segundo país de Europa con más obesidad. No solo eso. Más del 80% de quienes la padecen, no lo perciben como tal. Así lo afirma un estudio realizado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

Los niños no se libran de estas altas cifras. 1 de cada 3 niños tiene exceso de peso. Es la cifra más alta de toda Europa y hace que España esté situada entre los países del mundo con la tasa más elevada de sobrepeso y obesidad infantil. Realmente es un tema a tener en cuenta, que preocupa a profesionales y a padres.

El acceso a multitud de bollería rica en grasas y azúcares, el crecimiento de restaurantes fast food, las propiedades de los platos «listos para comer» (aceite de palma, sal, azúcar…), el poco ejercicio… hacen que nuestros pequeños estén en riesgo de sobrepeso; lo cual puede conllevar a otros problemas de salud: diabetes, colesterol… Como madre, me tomo muy en serio estas noticias y aplico medidas concretas para evitar que mis hijos sigan esta tendencia.

En este tema, hemos pasado del blanco al negro:

  • Por un lado nos encontramos con padres que alimentan a sus hijos con comida menos saludable. No los juzgo, sus motivos tendrán: desconocimiento, bajo poder adquisitivo, desinterés, tradiciones familiares («un niño gordo es un niño sano») …
  • En el otro extremo, padres que limitan al 100% la ingesta de ciertos alimentos. Niños que no comen ningún alimento con azúcar, que no comen grasas, que tienen prohibidos ciertos restaurantes…

 

Hay muchos grises entre medio, donde prefiero situarme. Los niños necesitan azúcares y grasas para crecer de forma saludable, obviamente en medidas controladas y sin abusos. Están creciendo en un entorno donde deben aprender a desarrollarse y convivir de la mejor manera posible.

Está claro que es mejor tomar el azúcar que tiene la fruta que un helado, pero ¿realmente debemos prohibir los helados? Ayer estaba en una reunión de colegio y la mayoría de las preguntas de los padres estaban relacionadas con la comida. Una de las preocupaciones era que sus hijos tomen galletas de almuerzo una vez a la semana, porque no es saludable. ¿Nos estamos pasando? ¿Es mejor vetar alimentos o enseñar a los niños a que se deben tomar con moderación?

En cada casa debemos ofrecer a nuestros hijos los mejores alimentos posibles, enseñando cuáles se deben tomar a diario y cuáles de forma esporádica. En concreto, hay una serie de rutinas que hago yo en casa que puedes aplicar que te pueden funcionar:

 

hacer la compra con niños
Imagen de https://comohacerpara.com

DURANTE LA COMPRA

  • Hacer la compra con ellos ayuda a que comprendan la frecuencia con la que entran los alimentos a casa. Leed las etiquetas juntos y que sean ellos quienes elijan un producto entre los más saludables. Por ejemplo, si buscas cereales para el desayuno, aunque lleven chocolate, elegid los que no tengan propiedades como aceite de palma o altas cantidades de azúcar.
  • Negociar con ellos es bueno: «Compramos estos cereales pero solo podrás tomar un puñado al día».
  • Limitar ciertos alimentos cuando haces la compra con ellos. Al principio me pedían los huevos Kinder, chocolatinas, chicles… que «sabiamente» están en la línea de caja. Como saben que no los compro, ya ni lo piden. Pero de repente, en un evento especial, les sorprendo con un huevo de chocolate y explota la felicidad.
  • Evitar que la bollería entre en casa y reservarla para ocasiones puntuales o cumpleaños.
  • Animar a que ellos elijan y pesen la fruta-verdura.
  • Comprar el pescado/carne juntos y aprovechar para contarles cosas de los animales, a enseñar sus bocas, el marisco y para que vean de dónde vienen los alimentos procesados (embutido, queso, salchichas…).
Imagen: www.tipkids.com

PREPARANDO LA COMIDA

  • Permitir que te ayuden a preparar la comida. En casa me ayudan mucho. Por ejemplo, cortan las verduras para cocinarlas o comerlas con un cuchillo de niños de IKEA.
  • Reducir el uso de sal utilizando especias. Habrá más sabores sobre la mesa, por lo que comer sea más divertido. ¿Ideas? Curry, cúrcuma, comino, canela…
  • Si una fruta-verdura no les gusta, no se la doy. Prefiero que tomen más cantidad de varias verduras que obligar a que tomen poca cantidad de una que no les gusta. Ya aprenderán a comerla dentro de unos años.
  • Cocinar casi sin aceite y usar más el horno. En casa no freímos prácticamente nunca y nadie lo echa de menos.
  • Hacer menús de meriendas y desayunos con ellos: Lunes fruta, martes bizcocho casero, miércoles fruta, jueves yogur y galletas, viernes bocadillo de embutido… Evitarás discusiones y serán autónomos preparando lo que toca.

 

EN CELEBRACIONES

  • Relajarse es bueno. Si día a día cuidas su alimentación, no pasa nada si un día comen patatas, tarta industrial y chuches.
  • Ellos aprenden que son alimentos golosos pero poco necesarios que relacionan con días especiales, «no aptos» para alimentación diaria.
  • Visitar los restaurantes fast food no se puede evitar. Existen, los niños tienen curiosidad y está bien que los conozcan. Eso sí, deben saber también que su uso es limitado.

 

Y tú, ¿qué trucos usas para mejorar la alimentación en casa?